Pasteles de Cheems

Los pasteles de Cheems y los cumpleaños temáticos inspirados en este famoso meme son, sin duda, una prueba de que el internet tiene el poder de convertir cualquier cosa en un fenómeno cultural… incluso un perro ligeramente desconcertado. ¿Quién habría pensado que un Shiba Inu con una cara que expresa una mezcla entre confusión y resignación sería el centro de atención en fiestas de cumpleaños, y que incluso tendría pasteles hechos a su imagen y semejanza? Bienvenidos a la era de los Cheems-cumpleaños, donde la seriedad de la celebración se diluye enpan  glaseado y memes.

Organizar una fiesta temática de Cheems es una experiencia que pocos sabrían imaginar hace unos años. La idea de decorar todo un salón con imágenes de un perro cuyo propósito en la vida parece ser sólo «existir» de manera ligeramente incómoda habría parecido absurda. Pero, en la era del internet, lo absurdo es lo nuevo genial.

En estas fiestas, el pastel suele ser la pieza central, y los reposteros se han superado a sí mismos al capturar la esencia de Cheems. Algunos pasteles optan por recrear al perro en tres dimensiones, con su característico rostro que parece no entender del todo lo que está sucediendo (perfectamente apropiado para cualquier cumpleaños). Otros prefieren plasmar su imagen en una versión más plana y caricaturizada, con su clásico rostro mirando a los invitados con esa expresión de: “¿por qué estoy aquí?” (algo con lo que todos podemos identificarnos en más de una fiesta).

Las fiestas temáticas no se detienen en el pastel. Los globos, las piñatas, las decoraciones e incluso los recuerdos para los invitados suelen estar diseñados en torno a este perro meme. Y, por supuesto, no pueden faltar las camisetas personalizadas con frases que aluden a las deformaciones lingüísticas características de Cheems, para que todo el mundo esté a tono con el espíritu memetico del evento.

Ahora bien, mientras que decorar un pastel con la imagen de un personaje popular puede parecer tarea fácil, los reposteros que han tenido el privilegio (o la maldición) de crear pasteles de Cheems saben que no es tan sencillo. El reto radica en capturar esa expresión única de Cheems que oscila entre la incomodidad y el desconcierto. Un mal uso del fondant o un exceso de azúcar puede convertir a Cheems en una criatura más cercana a un perro espeluznante que a uno simpático.

Existen verdaderas obras de arte en forma de pastel, pero también hay algunos ejemplos que parecen más salidos de una película de terror que de una repostería. Y en eso radica parte del encanto: incluso cuando el resultado final es un poco desastroso, sigue siendo fiel al espíritu de Cheems. Porque, después de todo, Cheems nunca fue perfecto, y eso es lo que lo hace tan relatable.

Por supuesto, en la era digital, ningún pastel de Cheems está completo sin su debut en redes sociales. Cada cumpleaños temático de Cheems merece un lugar en Instagram, Twitter o TikTok. Es ahí donde se consolida la relación entre los memes de internet y las celebraciones reales. Los hashtags como o han proliferado, y los usuarios comparten sus creaciones de pasteles con un orgullo que rivaliza con el de un padre que acaba de ver a su hijo graduarse de la universidad.

Al día de hoy nadie sabe a ciencia cierta cuál es el sabor “correcto” de un pastel de cheems, en buena medida porque todos lo son.

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